Un hecho insólito y cargado de suspicacias ocurrió este jueves en el Senado de la Nación, minutos antes de que se votara el proyecto de ley que establece un aumento del 7,2% para todas las categorías jubilatorias: los servidores del sistema digital de votación quedaron fuera de servicio y los legisladores debieron expresar su voluntad de forma oral, uno por uno, como en tiempos previos a la digitalización parlamentaria. A raíz de esta anomalía, no habrá acta digital de la votación, algo inédito según fuentes con décadas de experiencia en el Congreso.
Pese al desconcierto inicial, la sesión continuó. El proyecto fue aprobado con 52 votos afirmativos y 4 abstenciones —correspondientes a senadores provincialistas aliados al oficialismo—. En tanto, todos los senadores del PRO y de La Libertad Avanza estuvieron ausentes, con la excepción de la porteña Guadalupe Tagliaferri, que sí se quedó para votar.
La caída del sistema ocurrió en plena sesión, en el momento más esperado del día. La sesión había sido convocada por un amplio espectro opositor que logró el quórum con más de dos tercios de la Cámara alta. Esa contundencia obligó a la vicepresidenta Victoria Villarruel, presidenta del Senado, a habilitar el tratamiento de varios proyectos previsionales alternativos al del Gobierno nacional.
Desde el Senado confirmaron a Ámbito que no quedará registro digital de los votos, lo que despertó suspicacias sobre una posible maniobra para entorpecer o invalidar la sesión. Varios senadores compartieron en redes sociales imágenes de las pantallas apagadas de sus servidores. “Es la primera vez que pasa algo así”, aseguraron legisladores de distintos bloques.
Cruces en el oficialismo: Bullrich contra Villarruel
La tensión no fue solo técnica. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, le reclamó públicamente a Villarruel que levante la sesión. La respuesta de la vicepresidenta fue tajante: “Cumplo con mi rol institucional, el cual implica que presida las sesiones me gusten o no”, publicó en X.
El proyecto aprobado implica un incremento del 7,2% para todas las jubilaciones, y fue impulsado por legisladores del peronismo, la UCR y algunos bloques provinciales. Se trata de un duro golpe para el oficialismo, que desde hace semanas busca frenar iniciativas que puedan implicar gastos para el Tesoro.
Con la ausencia total de los senadores libertarios y del PRO —salvo una excepción— y la desconexión repentina del sistema de votación, el escándalo se suma a la creciente tensión institucional entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo. La falta de actas digitales y el modo de votación a viva voz quedarán como una marca de esta sesión que, por su trasfondo y su forma, ya es parte de la historia parlamentaria argentina.